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Terapéuticas complementarias en psiquiatría (parte I): Los fundamentos del ejercicio físico

En Medicina, la actividad física constituye un aporte significativo, tanto en la prevención como en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la diabetes. Además, es un complemento indispensable junto a la dieta para mantener el peso en rangos apropiados; así como los niveles en sangre de la glucosa, el colesterol y los triglicéridos.

Desde el punto de vista de la Psiquiatría, la actividad física debe ser entendida como un complemento en el tratamiento de las enfermedades psíquicas; sobre todo en las enfermedades del ánimo, trastornos de ansiedad y el adecuado manejo de situaciones estresantes.

Se ha demostrado, mediante Resonancia Nuclear Magnética, que el ejercicio aeróbico disminuye y corrige la atrofia cerebral relacionada con el envejecimiento. La caminata o el trote en personas mayores, varias veces a la semana por 30 minutos diarios, produce un pequeño, pero significativo aumento de tamaño en los núcleos hipocámpicos del cerebro, que están relacionados con el aprendizaje y la memoria.

Estas regiones cerebrales también se ven afectadas en las personas que sufren depresión. Los distintos medicamentos antidepresivos y litio, usados en los experimentos con animales, producen un aumento en el número, tamaño y conexiones sinápticas de las neuronas del hipocampo. Lo mismo que ocurre al realizar actividad física.

La actividad física en las personas con depresión

Las personas con depresión evidencian mejoras en sus síntomas al utilizar actividad física, comparada con aquellos que no la realizan. Incluso en depresiones suaves, los resultados terapéuticos obtenidos con antidepresivos y ejercicio físico son similares.

En el caso de la enfermedad bipolar, en la fase depresiva los pacientes que realizan actividad física tienen mejores resultados con los fármacos disponibles. Es decir, el ejercicio físico es un tratamiento complementario o coadyuvante.

La manera en que el ejercicio físico influye favorablemente en las enfermedades físicas y somáticas ocurre en varios niveles:

– Liberación de endorfina, que también actúa en las vías dopaminérgicas y que están relacionadas con la recompensa y el placer.
– Libera sustancias anti-inflamatorias, algunas interleukinas que estimulan la síntesis de los neurotransmisores con efectos estimulantes cerebrales en hipocampo, relacionados con la memoria.
– Efectos de estimulación cerebral en el sistema vascular que lleva una mejor irrigación cerebral con un buen aporte de nutrientes.

Se estima que para cumplir con los efectos psíquicos y neurobiológicos de ejercicio físico, con mejoría de la angustia e insomnio, se requiere de 30 minutos a paso rápido de caminata o trote. En tanto que para bajar de peso se necesitan entre 45 y 60 minutos diarios.

Prof. Dr. Pedro Retamal C.
Director Departamento Psiquiatría.
Campus Oriente. Facultad De Medicina.
Universidad De Chile.