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Las actividades al aire libre benefician a los niños con tendencias a la ansiedad o depresión

Un estudio realizado por Environmental Science & Technology dio como resultado que el mejor escenario para hacer actividad física es al aire libre. De hecho, tras solo 25 minutos de entrenamiento, el estado de ánimo mejora y por ende tiene más energía.

Y los beneficios de hacer actividades al aire libre también se aplican para los niños proclives a la ansiedad o que muestran rasgos de tristeza, según explica la doctora especialista en salud mental infantil del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud de Valencia, Maria Luisa Mompó, quien recomienda que los niños “durante las vacaciones disfruten al máximo de la naturaleza y de la luz natural”.

Según informó el mencionado hospital en un comunicado, los síntomas que presentan a veces los niños son parecidos a los de los adultos, “aunque en otras ocasiones son más específicos y diferentes, según la edad”, explica la doctora Mompó.

Entre los más frecuentes se encuentran la tristeza o episodios de llanto, irritabilidad aumentada, preocupación excesiva por determinados asuntos, disminución del interés por las actividades, dificultades para disfrutar o divertirse con cosas que antes eran sus preferidas, aburrimiento persistente, falta de energía o cansancio, aislamiento social o falta de comunicación, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, dificultades de concentración, reducción del rendimiento escolar, somatizaciones –es decir, quejas de problemas físicos (dolores de cabeza, abdominales o de piernas…)– sin causa médica orgánica, y alteraciones en la alimentación o el sueño.

Así, Mompó ha asegurado que la exposición regular al sol y a la luz natural mejora el estado del ánimo del niño al participar en la producción de neurotransmisores cerebrales, como la serotonina, que influyen en el humor, favorecen la relajación y disminuyen los síntomas de tristeza y depresión.

Además, estimula la producción de B-endorfinas, responsables de la sensación de bienestar, e inhibe la secreción de melatonina diurna, neurohormona encargada de regular el ritmo de sueño y vigilia, por lo que al llegar la noche el niño dormirá y descansará mejor.

“Si nuestros hijos presentan rasgos de tristeza, ansiedad o depresión, nadar en playas, piscinas o ríos, correr en parques, jardines o en la naturaleza, en definitiva, jugar al aire libre, solos o en compañía de amigos o de la familia, va a mejorar su sintomatología de forma sustancial y su estado de ánimo y los hará más felices”, ha aconsejado la doctora Mompó.